Estas tradiciones comenzaron varios miles de años
atrás, entre los Yoruba de África Occidental, quienes acentúan la alineación
entre lo humano y lo orí. Orí se podría traducir como cabeza, pero también se
refería a la intuición espiritual y el destino personal de una persona. Ase
(también escrito "axé", "ashé" o "aché") es la
fuerza vital que se encuentra dentro de todas las cosas, animadas e inanimadas.
Asé es el «el poder que hace que ocurran las cosas». Esta afirmación es usada
en saludos y rezos, y también se considera un concepto sobre el crecimiento
espiritual. Los devotos de orishá tratan de obtener asé mediante iwa-pele (un
carácter apacible y bueno). A cambio experimentan una alineación con el ori (la
paz interior o la satisfacción vital).
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