miércoles, 8 de febrero de 2017

OGUN LA DIVINIDAD DE LAS GUERRAS Y LA METALURGIA

Nuestra religión habla de cómo Olódúmáré (dios) desde el cielo creó a las diferentes divinidades con la finalidad de conformar una especie de gobierno que respetara e hiciera respetar las leyes que de él emanaran. Las leyes creadas por Olódúmáré no son otras que las sagradas escrituras de ifá, y sus guardianes serían las divinidades creadas por élpara ayudarlo a la formación de la tierra y a mantener el orden tanto en el cielo como en la tierra. Así, cada divinidad ocupa un lugar en el panteón yoruba, cada una tiene una misión y la misión de Ògùn es la de ser un ejército que cuida cualquier estado, en este caso, el estado no es otro que nuestros legados.

Ògùn es un gran guerrero, un estadista, un experto en conflictos. No hay guerra que no luche y que, por lo general, no gane.

Ògùn fue la primera divinidad en tratar de establecer vida en la tierra. Cuando Olódúmáré quería mandar a alguna de las divinidades a formar la dividinosfera (la tierra) para que ésta fuera el nuevo habitat de sus creaciones, Ògùn fue el primero en ofrecerse a hacerlo. Sin embargo, antes de bajar a tratar de cumplir su misión, fue por adivinación y en la adivinación ifá le recomendó realizar ébó con alimentos y agua (entre otras cosas) para que pudiera llevar a cabo su cometido. No obstante, como es natural en Ògùn, éste se negó a realizar ébó porque se consideraba una deidad fuerte y capaz de lograr todos sus objetivos sin ninguna ayuda y sin necesidad de recurrir a tener que realizar sacrificios para ello. Así, reunió a su ejército y partió con la finalidad de cumplir con su propósito.

Como no realizó ébó, Ògùn no tomó en cuenta pertrecharse de provisiones suficientes como para mantener a su ejército durante su misión. Por esta razón, sus hombres tuvieron que alimentarse de la corteza de los árboles que encontraban en el camino, de tal forma que su gran ejército comenzó a diezmar. Este hecho se consideró la primera gran mortandad en masa que se haya conocido desde antes de la creación. (Por ello, Ògùn es considerada una divinidad capaz de provocar grandes desastres.) Cuando Ògùn no tuvo más alternativa, regresó al cielo con un ejército débil y maltrecho.

Después de esto, otras divinidades probaron formar la tierra, una de ellas fue Olokun quien, al igual que Ògùn, fracasó y también regresó derrotado al cielo. Lo que pasó es que Olokun, por ser una divinidad de agua, pretendió alimentar a su ejército solamente con agua y, por esta razón, la gran mayoría del mismo pereció en su intento.
Estos dos hechos dieron lugar a una especie de ritual diario entre los humanos. Cuando nos levantamos lo primero que hacemos es lavarnos la boca en honor a Ògùn (antes la boca se lavaba con unos trozos de palos de árbol) y después de lavarnos la boca nos enjuagamos con agua, en honor a la segunda deidad en tratar de establecer vida en la tierra, Olokun, pues aun cuando ellas no lograron su misión, sí dejaron marcado el camino para que Òrúnmìlà, quien fue la tercera deidad en bajar, llegara y lograra su objetivo.

Cuando decimos Ògùn estamos hablando de problemas, estamos hablando de guerras y conflictos y los conflictos no son propios de ninguna religión de forma aislada. El conflicto está ahí, vive entre nosotros, tanto en las grandes guerras entre naciones, como en una simple pelea callejera, en todos estos casos interviene Ògùn. Yendo un poco más profundo, la deidad Ògùn interviene en los conflictos que se generan en el mundo, en todos los casos. Permitimos que afloren en nosotros los instintos violentos de Ògùn, la divinidad de las guerras, cuando perdemos la razón y guiados por el impulso nos alteramos y ofendemos o respondemos a ofensas.

Muchos tienen a Ògùn como una divinidad bruta, esto no es porque sea de naturaleza así, sino porque es una divinidad terca y obstinada. Cuando Ògùn se propone algo no entiende de razones, se ciega y pierde la cordura. No podemos llamar bruta a la divinidad por esta forma natural de actuar, pues todos los seres humanos, de alguna forma, hemos perdido los estribos y hemos actuado de una forma similar a la que actúa Ògùn.

Por otro lado, todos estamos expuestos a sufrir un accidente, a ser víctimas de un conflicto, de guerras, de heridas con armas blancas o de fuego, de operaciones quirúrgicas, etc., en todos esos casos interviene la divinidad Ògùn. Por ello, en nuestra religión es tan importante venerar a Ògùn, pues no siempre se adora a las divinidades para que nos abastezcan de ire (bien), en muchos casos las veneramos para evitar que sean empleadas en nuestra contra o simplemente para evitar ser víctimas de sus poderes. Cuando hablamos de ser víctimas de sus poderes no podemos imaginarnos a una deidad atacando a un hombre de forma personal.

Ògùn representa la metalurgia. No obstante, nadie ha encontrado una mina de cuchillos, de tanques de guerra, de cañones, de revólveres o pistolas, estos siempre son creados por el hombre. Analizando esto, podemos observar que ningún revolver se dispara solo y que ningún cuchillo viene a enterrarse en el cuerpo de nadie si no es manipulado por alguien contra otros o sí mismo (algunas veces, quizá, por falta de práctica para usarlo). En todos los casos, aun cuando sabemos que interviene la mano del hombre, detrás de esos actos está Ògùn y esto no está desligado de las predicciones de ifá. En muchos odu, ifá explica cómo debemos de venerar a Ògùn con la finalidad de que él no intervenga en nuestra contra en ninguno de las situaciones antes expuestas, ni presentándose en un accidente, ni en un conflicto personal o social, ni tampoco en una intervención quirúrgica en nuestro cuerpo. En todos estos casos está interviniendo Ògùn y nosotros debemos de realizarle sacrificios para evitar que seamos sus víctimas. Aun cuando programamos una operación quirúrgica, debemos de consultar el oráculo y buscar la forma de “limpiar” nuestro cuerpo al pie de Ògùn para evitar que la intervención tenga un desenlace fatal.

Cuando Ògùn bajó a la tierra, el comenzó a tener problemas con la tierra. Por esa razón, él fue por adivinación con su babalawo, en esa adivinación ifá le recomendó realizar ébó si es que quería lograr ganarle a ile (la tierra). Ògùn escuchó y realizó el ébó, a partir de ahí, sus metales fueron empleados para fabricar hachas, machetes, azadones, etc. y con estos materiales Ògùn logró vencer a la tierra. Hoy en día se siguen viendo los estragos de la guerra de Ògùn contra ile, pues la deforestación de la que ha sido objeto la tierra no tiene para cuando acabar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario